Desde SAMSO participamos en el foro “Electrificación de la demanda: retos y nuevas oportunidades”, donde quedó claro que seguridad energética y transición avanzan de la mano con el apoyo de las energías renovables.
Se ha destacado la importancia de los CAES y su conexión con la electrificación de la demanda: todo forma parte de una misma hoja de ruta. También se ha insistido en la necesidad de visibilizar los impactos positivos de la transición energética a escala local, porque es en los territorios donde se materializa el cambio.
La responsabilidad del crecimiento y la transformación energética de España está en nuestras manos. Somos quienes debemos impulsarla.
En este marco, la intervención de Joan Herrera, con la charla “Almacenamiento distribuido: el nuevo vector de la transición energética”, subrayó un mensaje central: el almacenamiento distribuido es una herramienta colectiva, y es precisamente esta escala la que ofrece mayores beneficios para el sistema, para las personas usuarias y para la economía. El informe EBAFLEX lo confirma: en un escenario intermedio —con 1,4 GW de almacenamiento distribuido— se estiman beneficios de 1.447 M€ al año para el sistema eléctrico, junto con una reducción de 375 M€/año en inversión en la red de distribución, especialmente relevante en un contexto en el que la electrificación exigirá un esfuerzo inversor considerable.
La propuesta de modificación del RD 244, que incorpora el almacenamiento distribuido, permite abrir un escenario en el que el almacenamiento sea participado, en manos de múltiples actores. No es sólo más beneficioso para el sistema, es que además es más democrático, y es posible.